viernes, julio 06, 2012

El toro que lloró

Si hay algo con lo que estoy en contra, es el maltrato animal, mi canal está comprometido con no usar productos de belleza o maquillaje que hayan sido probados en animales. Hace algunas semanas, decidí que no volvería a probar bocado alguno de carne; mi mejor amiga y yo seríamos vegeterianas.
Pero entrar al mundo verde, es como salir del resto del mundo, todos te empiezan a catalogar, a poner etiquetas, te llaman "anorexica" o "berrinchuda"; cuando decides entrar al mundo veggie, debes estar dispuesto/a a enfrentar las críticas de una sociedad que siempre van a juzgar lo que hagas: sea bueno o malo.

Quiero compartirles una historia que acabo de leer en Facebook... se llama el "Toro que lloró"...

"El año pasado, el "Weekly World News" reportó el caso de un toro que, al ser conducido al matadero, se detuvo, cayó de rodillas y comenzó a llorar. Muchas personas se preguntaron ¿cómo supo lo que le esperaba desde antes ...de entrar al matadero?

El Sr. Shiu, un carnicero, recuerda: "Cuando vi sollozar a este animal, supuestamente "estúpido", comencé a temblar, llamé a los demás para que vieran lo que sucedía. Quedaron tan sorprendidos como yo. Seguimos tratando de empujar al toro hacia adelante, pero simplemente no quiso moverse y se quedo ahí sentado, llorando".

Billy Fong, dueño de la empacadora dijo: "La gente cree que los animales no lloran como los seres humanos. Sin embargo, ese toro realmente sollozaba como un bebé". Más de diez hombres fuertes, los responsables de matar a los toros con sus propias manos, presenciaron la escena, se conmovieron y lloraron con él. Otros trabajadores que trabajaban en el mismo matadero también se acercaron a ver cómo lloraba el toro. Todos estaban en shock. Tres de ellos dijeron que nunca podrían quitarse esa escena de la mente mientras mataban a otros animales.

Era obvio que nadie podría matar a ese toro. El problema era qué hacer con él. Al final, entre todos juntaron fondos suficientes para comprarlo y mandarlo a un templo, donde los monjes cuidarán de él por el resto de sus días. Una vez que los trabajadores tomaron esta decisión, ocurrió un milagro. Según un empleado, cuando le prometieron al toro que no lo matarían, él comenzó a moverse y los siguió. Algunos siguen sin entender cómo el toro pudo comprender lo que decían los presentes"

Ser o no ser vegetariano, es cuestión de cada quien, yo no puedo obligarles a no comer ciertas cosas, nadie decide mas que ustedes, pero esta es solo la humilde opinión de una servidora y la historia de un toro que lloró.

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